Esta eliminatoria entre el Atlético de Madrid y el Manchester City sera recordada por la lucha de estilos entre el Cholo Simeone y Guardiola. Ambos técnicos se alabaron antes de los encuentros pero en el segundo partido terminaron de una forma no muy amistosa.

El gol de De Bruyne en el partido de ida fue suficiente para decidir una eliminatoria que en algunos momentos para el critico del fútbol fue bastante aburrida.

Una eliminatoria jugada a 180 minutos donde los cálculos de unos y otros se impusieron sobre lo que la gente hubiera querido ver. El Cholo jugo la primera parte en el Wanda Metropolitano de la misma forma que lo hizo en Inglaterra. Envió a sus hombres aguantar y Guardiola mas bien en lugar de atacarlos los esperaba en el medio terreno lo cual hizo bastante soporífera la primera mitad.

Pero en la segunda mitad la historia pudo cambiar, el equipo de Diego Simeone fue superior al de Guardiola, muriendo de pie en los cuartos de final de la Champions League.

La propuesta de juego de los rojiblancos en el segundo periodo no encuentra recompensa con un gol que forzase la prórroga, generando un sinfín de ocasiones a raíz del triple cambio introducido por Simeone (Carrasco, Rodrigo de Paul y Ángel Correa). El empuje de los locales se vio frenado en el tiempo de descuento debido a la expulsión de Felipe por una patada a destiempo sobre Phil Foden, lo que cortó el ritmo y el avance. Los ‘Sky Blues’ encadenaron pérdidas de tiempo durante la prolongación para frenar a su rival y avanzar hasta las semifinales de la competición.

Con la posesión a favor en la reanudación del juego, el paso hacia delante del Atlético de Madrid forzó al Manchester City de olvidarse de la portería rival y concentrar esfuerzos atrás, tratando de contener los ataques locales. Generó hasta 13 remates totales durante el segundo tiempo, una cantidad que no tuvo la precisión suficiente para intimidar a Ederson (dos remates a portería).

En ese sentido, a los rojiblancos les faltó calidad en los metros finales y un punto de calma para la toma de decisiones. La salida de Matheus Cunha y de Luis Suárez fijó a los centrales y dio referencias ofensivas al equipo, que acusó la ansiedad por la necesidad de marcar para igualar la eliminatoria.

Guardiola repartió al Atlético de Madrid en la recta final de su propia medicina, con pérdidas de tiempo y ensuciando el duelo para sacarles de quicio. Los ‘Sky Blues’ jugaron sus cartas y se fortificaron atrás para defender su renta hasta tal punto que solo ha rematado en una ocasión entre los tres palos tras más de 90 minutos de juego.

Una vez culminado el encuentro, los roces entre los jugadores , cuerpo técnico y asistentes continuaron en el túnel de vestuarios. Hasta la policía local tuvo que intervenir para que los ánimos no llegaran a una situación incontrolable.

Eliminando en cuartos al Atlético de Madrid, Pep Guardiola logra su novena semifinal de Liga de Campeones, el mayor registro de cualquier entrenador en la historia de la competición europea: cuatro con el Barcelona, tres con el Bayern de Munich y dos con el Manchester City.

El Atlético de Madrid queda apeado de la competición europea para centrarse en La Liga, obligado a garantizar una de las cuatro primeras plazas para conseguir el billete para participar en la próxima edición de Champions League. Por su parte, los ‘Citizens’ avanzan de ronda y se citan con el Real Madrid en las semifinales, parada previa a la ansiada final que se celebrará en el Stade de France de París.