La Albiceleste de Scaloni como campeona de América y la Italia de Mancini como campeona de Europa se enfrentaron en el estadio de Wembley en lo que se llamó la finalísima.

El equipo de Argentina comandado por Leo Messi, se presentó como un serio adversario y preparó el encuentro de forma diferente al que lo pudo hacer el equipo italiano y eso se notó en la cancha.

El equipo de Messi suma 32 partidos invicto y ha conseguido formar un sólido bloque. Sin duda será un firme candidato para el mundial de Qatar que se jugará en pocos meses.

Argentina necesitaba medir su fuerza frente a un grande de Europa. Italia, por su currículo, lo era. De eso no había duda, mucho más después de ganar la última Eurocopa. Sin embargo, la Azzurra de Mancini anda golpeada, por su no clasificación al mundial y se ve en el entorno italiano como le ha golpeado la situación.

Argentina con un sólido bloque y con un Messi en plena forma goleo a Italia con un contundente 3-0 y le dio una verdadera lección de fútbol. Lautaro Martínez a los 27, Di maria a los 45+1 y Paulo Dybala a los 93, fueron los anotadores por el equipo Argentino.

Ante un Wembley abarrotado, la FIFA se anotó un golazo con la programación de este partido que de seguro repetirá edición en los años venideros entre los campeones de selecciones continentales.

La Finalissima, como se ha rebautizado al final se había jugado en 1985, cuando Francia derrotó a Uruguay; y en 1993, cuando Argentina se impuso a Dinamarca— encontró a dos selecciones en diferente etapa de gestación, si se quiere hasta en distintos estados de ánimo. Mientras Italia piensa en la restructuración y ya despide a leyendas (Chiellini, reemplazado, jugó su último partido), todavía con la amargura en la boca tras quedarse fuera del Mundial, Argentina presenta un base consolidada, bien gestionada por Scaloni y liderada, ahora ya sin dudas, por Messi.

Pero Italia no fue rival para el cuadro de Scaloni, seguro en la zaga (ha encajado tres goles en los últimos 14 duelos), fuerte en ataque a partir del tridente formado por Messi, Lautaro y Di María. Fue justamente el 10 el que le sirvió el cuero al delantero del Inter para el 1-0. Primero goleador, después pasador, Lautaro filtró un balón sutil para que Di María venciera a Donnarumma. Sobre la bocina, Dybala cerró la goleada.

Argentina dominó el duelo con y sin balón. Un equipo duro en la presión, astuto para generar espacios y certero en la definición, que silenció al centro del campo italiano y desconectó a sus delanteros. Segundo título con la mayor para Messi, justamente el último que ganó Maradona con la Albiceleste.

En días pasados la estrella francesa Mbappe hizo unas declaraciones en donde en cierta forma despreciaba al fútbol suramericano. Pero se acerca el mundial y la albiceleste, junto con la joven y fuerte escuadra de Uruguay y el siempre temible Brasil de Neymar serán selecciones a las que todos querrán evitar.